Cuba/ il centenario di Mongo Santamaria
Con cinque giorni di ritardo ricordiamo il Centenario del leggendario percussionista cubano MONGO SANTAMARIA: nato il 7 aprile 1917 nel quartiere Jesus Maria dell’Avana, Cuba e deceduto a Miami l’1 febbraio 2003. Mongo, assieme ad altri suoi colleghi congueros, fornì un importante contributo incrociando i ritmi tradizionali cubani con gli stili musicali afroamericani nati dal blues e conferendo così maggior africanità al jazz. E tutto sotto il comando della conga o tumbadora come viene chiamata a Cuba.
Certamente saranno in programma diverse iniziative per celebrare il centenario del conguero cubano Ramón “Mongo” Santamaria Rodriguez che, assieme ai coetanei Carlos “Patato” Valdés, Candido Camero e Armando Peraza (tutti proiettati sulla scia tracciata dal precursore Chano Pozo), fu il principale protagonista nel diffondere a livello mondiale l’arte del tamburo afrocubano e conseguentemente a far conquistare alla conga (strumento principe nella salsa e nel latin) un piedistallo fondamentale in tutte le formazioni di musica moderna, dal rock al latin pop. Vanta una discografia sterminata, impossibile da elencare, ma su tutti, a nostro avviso, spicca il brano Afro Blue e le sue incisioni di Watermelon Man (di Herbie Hancock), Sofrito e l’album doppio “AfroRoots” con ospiti una decina di percussionisti.
In attesa di un omaggio mirato pubblichiamo questa foto scattata nel 1982 in un concerto all’Hotel del Prado di Barranquilla, Colombia, da Pepe Enciso.
Di quel concerto del 24 novembre 1982 vi riportiamo un pezzo in lingua spagnola del critico Rafael Bassi Labarrera pubblicato l’anno scorso in un libretto che ricordava l’evento citato.
MONGO SANTAMARIA EN BARRANQUILLA
Por RAFAEL BASSI LABARRERA
Hace 100 años nació el gran percusionista cubano Mongo Santamaría, exactamente el 7 de abril de 1917. Hoy queremos recordar el Concierto que ofreció Mongo Santamaría la noche del 24 de noviembre de 1982 en el Hotel del Prado. Para recrear aquella memorable noche hemos acudido a los artículos publicados por el poeta Miguel Iriarte y el siquiatra Haroldo Martínez Pedraza en Intermedio-Suplemento del Diario del Caribe del 5 de diciembre de 1982.
Señala Miguel Iriarte que luego de la fría presentación del improvisado animador que no permitió recibir a Mongo como se merecía, la cuestión arrancó con el clásico Afro Blue y continuó con Se debe cancelar el Blue. A esas alturas del concierto la poliritmia afrocubana de Mongo Santamaría, una música sin contemplaciones, sin sonsonetes pendejos, y en cambio si con mucha libertad y mucho vuelo creativo, carácter, y lo mejor, con una tremenda indagación ancestral tenía desconcertado a un sector del público. Entonces Mongo agradeció los aplausos y anunció Bómboro Quiña Quiña
Ahora si era verdad que la cosa se había puesto caliente y todo el público estaba atrapado por la música de Mongo Santamaría y el tamborero dijo “ahora una guajirita”.
Llego la hora de cederle la palabra al Dr Haroldo Martinez, quien emocionado escribió: “El concierto de Mongo en esta ciudad fue absolutamente Negro…Sonaron timbal, piano, trompeta, saxo tenor y saxo barítono acompañando a las tumbadoras en una explosición de jazz latino en Barranquilla. Fue una noche con la sincopa y la negrura del jazz y la música Caribe en perfecta armonía”.
Con el tema Cuidado se rompieron las amarras y vivimos una verdadera sesión jazzistica donde los cobres llevaban simultáneamente líneas melódicas diferentes, los saxofonistas Samuel Furnace y Calhom Greeg hicieron de las suyas, al igual que el timbalero y bongosero Pablito Rosario. Sin embargo había una falla, el piano no funcionaba bien y nos privo como señala Iriarte en el recuento del concierto, del hermoso preludio del tema Sofrito.
La banda de Mongo Santamaría, esa noche del 24 de noviembre de 1982, estuvo conformada por Robert Quaranta en el piano y órgano, quien estoicamente supo superar los problemas eléctricos de la amplificación; José Santiago en el bajo; Samuel Furnace con el saxo alto, el tenor y la flauta conquistó al público; Calhom Greeg en el saxo barítono; Anthony Himson en la trompeta y el tremendo Pablo Rosario en el timbal y batería. El cantante fue Luisito Benjamín.
Luego del reposado bolero Miedo lo que venía era candela viva, capaz de quemar a los desorientados salseros que equivocadamente habían ido a escuchar al cantante Monguito y se encontraron con el Mambomongo.
Y para cerrar la noche con broche de oro, Mongo Santamaría tiro todo lo que tenía guardado en un solo delirante con el clásico de la música afrocubana Manteca. Realmente fue un concierto extraordinario, lástima que no se hubiera realizado en el Teatro Amira de la Rosa.